entrada ii. hable con él.
cuando tu abuelo falleció, tu abuela comenzó a idolatrarlo. sus fotos ya no eran fotos, ahora albergaban el mismo poder que un rosario o una estampa. ella juraba y perjuraba que tu abuelo era tan bueno como un santo, aunque nadie le recordaba así. igual que afirmaba saber latín, cuando ella, ni fue a la escuela.
tú ahora no estás aquí, y como maría julia, me siento ingenua y extasiada: acariciando tus fotos, releyendo las postales que me enviaste, ignorando tus defectos y rezando porque vengas a verme.
te mencionan a menudo mis películas favoritas, cuando sus personajes hablan de ginebra y me recuerdan que un día tuve otra casa: en las montañas, en tus brazos.
aluden a tu muerte, la mía y la de esta relación. y siempre es el anhelo; desesperado y bello, su protagonista.
en cría cuervos, la abuela de ana tiene alzheimer. y cada tarde mira fotos de su vida tratando de adivinar quiénes son las personas que aparecen en ellas. un día se topa con una postal a color y frunce el ceño, no la reconoce. su nieta le dice lo siguiente:
"la postal del lago. has estado en suiza, con el abuelo. cuando eras joven. este hotel te recuerda al viaje de novios que hiciste. el lago al amanecer era precioso, lleno de cisnes. se veían las montañas llenas de nieve... tú, ¿tú te quieres morir?"
la abuela asiente.
"¿quieres que yo te ayude a morir?"
la abuela vuelve a asentir, sabiendo con certeza que vivir a través de sus vagos recuerdos no es vivir.
en hable con ella, geraldine interpreta a katerina, la profesora de baile:
"[...] en geneva me han ofrecido una creación, una coreografía y eso me hace palpitar. tengo una vieja idea para un ballet, se llama "trincheras". es de la primera guerra mundial. [...] en esta obra, cuando se muere un soldado emerge de su cuerpo su alma, su fantasma y se convierte en bailarina [...] es bonito, porque de la muerte emerge la vida, de lo masculino emerge lo femenino y de lo terrenal emerge lo etéreo".
cada martes, la mujer que limpia mi casa me hace dos preguntas: si le rezo a dios y si voy a volver contigo. yo siempre le digo que no, a ambas. y el otro día, la chica que me depila las piernas me preguntó si te gustan las mujeres, a lo que respondí que sí.
ella está convencida de que mi pecho y mi nuevo nombre es lo que terminó de alejarnos. de que quizá si hoy siguiese siendo un soldado, tú seguirías estando enamorado de mí.
lo que ella no comprende es el lío que tenemos montado las personas como tú y como yo. como tus amantes o los míos.
líos de faldas y úteros, nombres y camas, postales y santos, bigotes y fantasmas...