berta ii. rafa.
nunca me juraste fidelidad y yo nunca te la pedí. pues creí que tus silencios escondían una profunda admiración por mí. jamás pensé en tu voraz indiferencia por todos y todas las cosas.
he caído en la trampa. confié en que contigo ascendería. pero ni tú resultaste ser tan hombre, ni yo resulté ser la elegida. hoy me acuerdo de tus camisas, las 3 camisas que me enseñaste. la primera era malva, y la llevaste varias veces conmigo. la segunda era de rayas, y solo la vi una vez. y la tercera tenía un caballo bordado, con esa hasta dormimos juntos.
tres camisas, tres míseras camisas te pusiste en un mes de romance. en cambio yo, estrené dos pares de zapatos, un vestido y te mostré todas y cada una de mis faldas. de la más corta a la más larga. no sé si te gustaron, pues no me dijiste nada. pero intuyo que ni te fijaste.
quizá estoy siendo injusta, pues no sé lo que te llevó a abandonarme, ni cómo funciona tu corazón. mucho menos tu cabeza. pero sí sé lo que esperaba de ti: un par de noches más, compartir otra película juntos y que conocieras mi casa.
¿y ahora qué? ¿ahora qué hago los lunes? podría bordar una camisa con motivos que me recuerden a ti. podría bordar caballeros, caballeros sin boca, ni ojos. con la espada siempre desenfundada y armadura malva. podría hacerme más faldas por si mi siguiente aventura resulta ser duradera, y necesito exhibir mis piernas. no me gustaría tener que repetir falda ante los ojos de un hombre. quizá ese es el problema, supongo que nunca tendré tantas faldas como días tiene el verano.
de momento, lo que haré será volver a fumar para recordar tu sabor. y cuando mis paredes comiencen a amarillear, como las tuyas, me mudaré, para volver a olvidarte.
te voy a echar de menos...
tan solo espero que la chica a la que hoy abrazas comparta gustos contigo y logre conocerte, pues yo no lo supe hacer.