a veces me pregunto si mi problema fue no nacer mujer o no nacer francesa.
entrada i. la voz de geraldine.
esta mañana me he depilado las cejas, sin reparar en que mis vellos estaban cayendo sobre el café. a mediodía, con el estradiol en la lengua y mi entrecejo en la garganta, una imagen ha invadido mi mente: geraldine de rubia.
por lo que he decidido revisitar la película peppermint frappé, de carlos saura. sola, sudando y en la cama grande.
mcmlxvii, filmada entre cuenca, teruel y la costa brava.
geraldine chaplin interpreta a dos mujeres.
ana, la primera, representa a la mujer española de posguerra. sometida, silenciosa, recatada.
helena, la segunda, representa a la mujer europea de los años 60. libre, desvergonzada y en minifalda.
saura decide utilizar el cabello natural de geraldine para el personaje de ana. mientras que helena luce una peluca rubia.
en cuanto a la voz, se invierten los papeles. el acento original de geraldine se oculta para el personaje de ana. y optan por doblarla, por amordazarla.
recuerdo la primera vez que un hombre me dijo que le gustaba mi voz. yo llevaba un par de meses en hormonas y me esforzaba por agudizarla.
sentados en vistillas me dijo: "tienes una voz muy agradable".
yo contesté: "esta no es mi voz, es la que quiero tener". como quien se pone una peluca o esconde su acento.
la película, también está contada a través de los ojos de un hombre: julián. un perturbador enfermero que colecciona fotos de chicas ye-ye, con la esperanza de que un día ana, su asistente, se convierta en una de ellas.
helena es la novia de su mejor amigo, a la que intenta seducir constantemente. pues tiene el pelo alborotado, y las medias de color. pero ella le aborrece, y juega con él: le vacila, le ignora, le humilla.
julián quiere la belleza de la europea con la actitud de la española. domar la libertad y el atractivo de helena. para transmutar su alma, manteniendo el rubio.
la posguerra en minifalda, la represión con pestañas...
se trata de un ensayo sobre la belleza femenina, escrito por un hombre y donde el villano es una misma.
ana sucumbe ante los intentos de julián y se deja maquillar. la entiendo tanto. ojalá poder suplantarle la identidad a una ascen más guapa, más femenina, más carismática. ojalá no existiese mi pasado y mi futuro, y solo tuviese que luchar por el rubio perfecto, por un pecho copa a. ojalá un hombre me tomase como proyecto personal y me liberase del peso de tener un cuerpo.
un hombre que me diga: "tienes una voz muy agradable" .
para yo contestar: "es gracias a ti".
en el minuto 1:10:10 helena observa un cuadro en el museo de arte abstracto de cuenca. un retrato de brigitte bardot realizado por antonio saura. hermano del director.
dos de las actrices más influyentes del s. xx, capturadas por un solo apellido. ellos toman decisiones estéticas sobre sus cuerpos, sobre sus existencias. y ellas, como musas, las abrazan.
echo de menos ser musa. echo de menos pasar hambre cuando visitaba a mi novio fotógrafo. cortarme el flequillo antes de enfrentarme a su lente y estar sometida a sus brazos, colocándome a su antojo.
finalmente, ana, hipnotizada por su hastío y la manipulación de julián tira a helena por un barranco. quedándose con su peluca, sus medias y su vestido. pero no con su voz.